Sergio sabe lo que es intentar sobrevivir en Phoenix durante el brutal calor del verano, porque él lo hizo, pero a duras penas.
"Tenía ampollas en los pies y apenas podía andar. Hacía un calor insoportable. Sólo necesitaba agua. Si no la hubiera conseguido, habría estado en peligro de muerte".
Sergio sobrevivió encontrando grifos y quedándose allí, bebiendo agua hasta que su cuerpo estuvo lo suficientemente hidratado como para moverse unas cuantas manzanas más. No quería estar ahí fuera, pero pensó que no tenía otra opción.
"No podía pasar un día sin beber alcohol. Era un borracho furioso. Me ponía agresivo con la gente", dice Sergio. "He estado en muchos programas, pero nunca he estado más de tres meses sobrio. Sufamilia hizo todo lo posible por ayudarlo, pero no supieron qué hacer. Al final, le echaron.
"Empecé a fumar metanfetamina a diario. Cuando eso ocurrió, las cosas se volvieron realmente locas. Oía voces, pensaba locuras, tenía episodios terribles y creía que eran verdad", cuenta.
Un día de agosto, cuando la temperatura se disparaba, Sergio supo que si quería sobrevivir, necesitaba ayuda. Su familia le había hablado de Phoenix Rescue Mission, así que nos llamó y concertó una cita para venir.
"Después de cinco años, estaba acabado. Me di cuenta de que no podía dejar de beber y consumir drogas por mí mismo. Quería salir del calor, lejos del hambre y la vergüenza. Estaba listo para cruzar esas puertas".
En cuanto cruzó nuestras puertas, su vida empezó a cambiar.
"Había intentado recuperarme muchas veces. Pero esta vez fue diferente. La principal diferencia fue a dónde me señalaron: me señalaron a Cristo. Me enseñaron a abrir la Biblia. Y vi mucho éxito al principio. Vi chicos graduándose. Los vi en sus ceremonias. Los vi con sus familias. Y eso me inspiró".
Tras un año en el programa, Sergio se convirtió en uno de esos graduados. Tras graduarse, se incorporó a nuestro Equipo de Ayuda a la Calle. Este año, con Code:Red, ha estado excepcionalmente ocupado: "El calor conlleva peligros extremos", dice Sergio. "Lo que nosotros proporcionamos es algo sencillo. Se puede ver como un rompehielos para hablar con la gente, pero para algunas personas, esa agua va a salvarles".
Salvar vidas es nuestra primera prioridad. Especialmente con temperaturas récord como las que esperamos en los próximos meses. El año pasado, gracias a Code:Red, pudimos rescatar a 303 personas de la calle. Ninguna de ellas lo hizo demasiado pronto.
"Ves a gente desmayada bajo la luz directa del sol, lo cual es muy peligroso", dice Sergio. "Es bastante habitual ver ambulancias en las paradas de autobús aquí fuera". Ya hace calor ahí fuera, pero va a empeorar. Por eso pedimos a todos nuestros amigos, como tú, que donen todo lo que puedan lo antes posible.