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Dulce, dulce recuperación | La historia de transformación de Maggi

Dios utilizó un poco de azúcar para transformar una situación amarga.


Las drogas han formado parte de la vida de Maggi desde que tiene uso de razón. Tanto su padre como su hermano mayor eran ávidos consumidores. Su madre, aunque no era adicta, permitía ese comportamiento al financiar a ambos.

Maggi parecía estar destinada a seguir sus pasos.

A los 16 años estaba enganchada a la heroína. A los 20, no tenía hogar. A los 28, había perdido la custodia de sus hijos, sus posesiones e incluso había roto los lazos con su familia debido a su creciente adicción. Vivir sola en una casa abandonada de Sierra Vista era una forma amarga de vivir la vida.

No tenía ni idea de que le esperaba algo dulce a la vuelta de la esquina. Ni en sus sueños más locos habría imaginado que Dios utilizaría las galletas para dar un giro a su vida.

"Siempre pensé que Dios se había olvidado de mí o que me odiaba", admite Maggi. "No sabía nada sobre la gracia o la redención. Estaba muy cansada. Estaba cansada de no tener hogar y no había visto a mi hijo en meses. Sabía que tenía que hacer algo".

Ese "algo" la encontró más rápido de lo que pensaba. La policía rodeó la casa abandonada a la que Maggi llamaba hogar. La arrestaron, pero por suerte, en lugar de encarcelarla, el juez la envió a la Phoenix Rescue Mission para que se recuperara.

"Cuando llegué aquí, se me caía el pelo y estaba enmarañado; estaba mal. Entonces conocí a una amiga, Rebecca, que venía de una familia cristiana, y me ayudó a entender lo que es la gracia y me enseñó que la esperanza es posible y que Dios no se ha rendido conmigo."

Mientras continuaba su recuperación, poco a poco, Maggi empezó a cambiar. Nuestro personal la dotó de herramientas diseñadas para ayudarla a afrontar eficazmente los antojos y evitar los desencadenantes. Las sesiones de asesoramiento la ayudaron a centrarse en la raíz de su adicción y a encontrar la curación. Los estudios bíblicos semanales la acercaron a un Salvador que nunca había conocido y a través de esa relación comenzó a encontrar la transformación. Ese cambio se aceleró cuando se unió a nuestro equipo de empresa social.

Además de su trabajo con Mission Possible Cookies, Maggi ayuda a dar clases particulares a los niños del Centro Changing Lives, permitiendo a sus madres concentrarse en su propia recuperación.

"Entrar en el equipo de Mission Possible Cookies fue lo mejor que me pudo pasar. Tienes la oportunidad de salir del campus; se siente como un trabajo real. En lugar de simplemente rehabilitarme, sentí que estaba trabajando por algo y aprendiendo nuevas habilidades que podría llevar conmigo."

Maggi aprendió a trabajar en equipo, a hacer inventario, a recibir pedidos, a empaquetarlos y mucho más. Obtuvo su certificación Serve Safe, que la capacita para trabajar en una amplia gama de áreas de la industria alimentaria. Le fue muy bien. Lo hizo tan bien que no tardó en ser ascendida a un puesto de liderazgo.
"Dirigir un equipo directo de personas para completar un proyecto fue lo más difícil que he hecho nunca, pero Michelle estuvo a mi lado en todo momento. Se toma muy en serio su trabajo como modelo a seguir. Cada vez que ocurría algo, me ayudaba a superarlo. Me animaba a no rendirme y me enseñó a encontrar la alegría en todo lo que hago."

Hoy, gracias al ingenio de Dios y a tu apoyo, Maggi es una graduada en recuperación y una nueva creación en Cristo. Está sobria, se ha ganado de nuevo la custodia compartida de su hijo, e incluso tiene las habilidades para construir un nuevo y brillante futuro.

Por supuesto, ¡nada de esto sería posible sin el tiempo, el talento y el tesoro que ustedes aportan! Gracias por las oraciones y el apoyo que sigue cambiando vidas, una dulce historia a la vez.

"¡Las galletas cambiaron la trayectoria de mi vida!"