Historias de transformación: Rita

"No quería vivir más", dice Rita. "Le gritaba a Dios '¿Por qué? ¿Por qué te llevas todos los días a gente que tiene responsabilidades, que tiene hijos y familias que dependen de ellos? ¿Por qué te los llevas a ellos y no a mí?".

En 2005, Rita tenía 37 años. Llevaba 14 años casada, tenía tres hermosos hijos y era propietaria de una bonita casa en Arrowhead. Dirigía un exitoso negocio de cuidado de niños con una plantilla de 20 empleados y todos los domingos se podía encontrar a Rita y su familia asistiendo al servicio en la Iglesia de Cristo del Valle.

Para el observador externo, parecía que lo tenía todo resuelto.

Pero por dentro, Rita se estaba muriendo.

El año anterior, descubrió que su marido había tenido una aventura. Durante meses se guardó el dolor, enterrándolo con el trabajo y el alcohol. Pero cuando una pequeña intervención quirúrgica le permitió acceder a analgésicos con receta, la tupida trama de la vida de Rita empezó a desenredarse.

"Era un desastre", admite Rita. "No era funcional, mi vida era un caos. Pasé de tener... lo que creía que era todo, todo lo que necesitaba para completar mi vida, todo lo que quería, a vivir en una caja en la calle."

Pasé de tener...

Rita sufrió una crisis nerviosa. Su marido se mudó con los niños, ella perdió su negocio y su casa, e intentó suicidarse. El intento la llevó a una institución mental durante un mes. Cuando salió, Rita recurrió a las drogas en busca de ayuda.

"Ya no me importaba", dice Rita. "Lo dejé todo. Durante los siguientes 10 años, entré y salí de la cárcel y de la prisión por impago de la manutención de los hijos. Los tres últimos los pasé con un traficante de drogas que me maltrataba. Me afeitaba el pelo, me azotaba con una pistola y a veces me golpeaba hasta casi matarme. Pero no lo dejé porque, en el fondo, era lo que creía que me merecía".

Entre los viajes a la cárcel, Rita fue enviada a un programa de recuperación tras otro.

Nos cuenta: "Entré en la recuperación esperando que, una vez sobria, todas las cosas que había perdido: mi familia, mi casa, mi vida, volverían. Cuando no ocurría, lo utilizaba como excusa para beber y pronto volvía a estar como al principio".

Rita en la cocina

Entonces, Rita encontró una verdadera esperanza cuando el juez la envió al centro Changing Lives de la Phoenix Rescue Mission.

"Ninguno de los otros programas tenía un aspecto espiritual. Aquí descubrí que sin Dios en mi vida, no había manera de que cambiara... era una recuperación incompleta. Ahora, por primera vez en mucho tiempo, quiero vivir. Me levanto cada mañana y doy gracias a Dios por otro hermoso día", dice Rita con una sonrisa.

"Este lugar me dio todo el amor y el apoyo que necesitaba cuando más lo necesitaba. Me salvó", dice Rita. "Había renunciado a la vida, pero este lugar me dio esperanza... me dio... a mí. Y voy a transmitirlo. Aunque me dedique a hacer hamburguesas con queso el resto de mi vida, no pasa nada, porque cada momento que tenga libre lo voy a devolver y voy a hacer su trabajo. Si puedo tocar a una persona de la manera en que este lugar me tocó a mí, todo habrá valido la pena".

Gracias a la gracia de Dios, al trabajo de nuestros consejeros y personal y al apoyo de amigos como usted, Rita ya no desea la muerte. En su lugar, está sobria, viviendo una vida redimida y esperando ayudar a otros a encontrar esa misma esperanza. Rita fue una de nuestras primeras graduadas del Curso de Administración de Servicios de Alimentos y recientemente fue contratada en America's Taco Shop donde fue promovida al puesto de gerente general.

Vea el testimonio de Rita en nuestro nuevo vídeo de la Misión haciendo clic aquí.