Programa de gestión de servicios alimentarios

Un nuevo camino hacia el Banco de Alimentos

Un nuevo camino hacia el Banco de Alimentos

No podemos esperar a que las familias vengan a nosotros. Debemos ir a ellas.

Por Nathan Smith, Director de Programas


La pandemia nos ha demostrado lo importante que es ser flexible. Ha cambiado nuestra forma de trabajar, de pedir comida e incluso de hacer la compra. Nuestro Banco de Alimentos Esperanza para el Hambre también se adaptó, reformulándose para atender las colas de los vehículos y ofrecer formularios sin contacto.

Pero no es suficiente.

En mi trabajo en Phoenix Rescue Mission, he visto el impacto que tienen en las comunidades desfavorecidas barreras como la falta de transporte o la imposibilidad de permitirse alimentos saludables. He visto cómo los niños se ven abocados a batallas de por vida con problemas de salud crónicos porque sus cuerpos están hambrientos. La experiencia ha dejado muy clara una verdad: no podemos seguir esperando a que las familias vengan a nosotros.

Tenemos que ir a ellos.

Es una verdad que confirmé a través de una beca de investigación de un año de duración en el Intercambio de Conocimientos para la Resiliencia de la Universidad Estatal de Arizona.

Tras nueve meses de recopilación de datos de casi 10.000 personas atendidas tanto en nuestro Banco de Alimentos Esperanza para el Hambre como en nuestras actuales despensas móviles, descubrimos que las familias de minorías e inmigrantes tienen casi un 200% más de probabilidades de acudir a una despensa móvil que a una despensa física.

Los resultados fueron claros: los bancos de alimentos tradicionales siempre serán esenciales, pero para reducir significativamente la inseguridad alimentaria, necesitamos invertir más en la difusión móvil.

Para ello, ya hemos empezado a llevar nuevas despensas móviles a regiones desatendidas del Valle conocidas como "desiertos alimentarios". Cada semana, servimos esperanza en nuevas zonas que carecen de alimentos frescos, productos agrícolas y otros productos esenciales.

¡Es emocionante! Pero este nuevo alcance depende del apoyo financiero, así como de las donaciones de alimentos no perecederos y artículos de higiene. En otras palabras, ¡una esperanza como esta no se consigue sin amigos como tú!

Servir a estas áreas hará más que luchar contra el hambre: abrirá oportunidades para conectar a las familias con servicios destinados a acabar con la pobreza, como el desarrollo profesional, la colocación laboral, los servicios de salud emocional o mental y los servicios de recuperación de adicciones.

Nuestros vecinos necesitan nuestra ayuda. ¡Rompamos las barreras que impiden que la gente busque ayuda!